—Pues el proyecto va bien... pero mejor, cuéntame cómo va tu idea de los árboles.

Ella se sonrojó un poco mientras ladeó la cabeza y muy humildemente respondió:

—Pues Viko, te cuento que estoy muy contenta. Edwin nos dijo que era la idea que más le había gustado, ¡que si la mejoramos podríamos representar al colegio!

—¡Genial! ¿Y cómo se podría mejorar?

—Pues no sé, Viko. La propuesta es que cada persona en el planeta siembre y apadrine tres árboles, pero todavía no sabemos cómo enriquecer la idea.

Pensé rápidamente en posibilidades…

—¿Que tal… sembrar árboles en distintos período de la vida? A los 10, 15 y 20 años por ejemplo… ¿Y qué tal llevar un registro en internet del progreso de los árboles? Como una red social oficial… que sea una especie de diario de la experiencia con los árboles.

—¡Wow Viko! ¡Esa idea es genial! ¡Gracias!

Mientras decía esto se abalanzó sobre mí, me dio un abrazo fuerte y un gran beso en la mejilla cosa que me dejó estupefacto y un poco tembloroso.

El resto de la cita estuvo muy bien. Nos cogimos de la mano varias veces y yo no me cambiaba por nadie. Me sentía el ser más feliz del planeta.

Su grupo logró clasificar para representar al colegio. Nos seguimos viendo después de clases y compartimos muy buenos momentos conversando animadamente sobre las ideas que surgían en Proyecto Planeta Tierra.

Como Joakim ya había hecho amistad con mis amigos, ya no se sentía solo, así que Gaby y yo nos acercamos más. Estoy muy feliz a su lado. Ella también se siente muy a gusto conmigo y quiero que este sentimiento dure para siempre.